jueves, 2 de febrero de 2012

Introducción a la Primera Edad de Oro Bizantina.

El arte bizantino es uno de los más bellos de la historia del arte, gracias al esplendor del imperio y por su situación estratégica entre Occidente y Oriente, recibiendo influencia de ambos. Nos vamos a centrar ahora en la primera Edad de Oro del arte bizantino. La Primera Edad de Oro bizantina se desarrolló durante los siglos V, VI y VII, teniendo su máximo esplendor en el siglo VI con el gobierno del emperador Justiniano. La Primera Edad de Oro terminó con el estallido de la revolución iconoclasta que tuvo gran trascendencia para el Imperio. Algunos de los edificios más destacados de esta etapa son Santa Sofía en Constantinopla y San Vital y San Apolinar el Nuevo, ambos en Rávena.
Hay que destacar también en esta Primera Edad de Oro la importancia de los mosaicos. Este tipo de arte era un arte áulico, es decir, un arte que pretendía plasmar la riqueza, el colorido y la luminosidad simbolizando el poder y el esplendor del Imperio bizantino durante el gobierno de Justiniano y Teodora. Se constituyó pues, un arte dedicado a la corte, en el que se captaban los grandes actos y ceremonias que llevaban a cabo los máximos dirigentes bizantinos. Para los mosaicos se utilizó la técnica paleocristiana del opus tesellatum, alcanzando brillos gracias a los colores dorados, azules, plateados etc. Se pretendía representar tanto lo religioso como lo civil, por tanto, se llegaron a representar las temáticas religiosas como temáticas cortesanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario