sábado, 4 de febrero de 2012


COMENTARIO DE MOSAICO BIZANTINO.



 


El primer mosaico que tenemos es Théotokos entre Juan II Comneno y la emperatriz Irene. Es un mosaico del siglo XII y está situado en la basílica de Santa Sofía. En este mosaico observamos un fondo dorado con inscripciones, las cuales nos indican los miembros que constituyen esta obra. Apreciamos una cierta jerarquización en la obra, en la cual la virgen como trono del niño aparece por encima de ambos emperadores y como a su vez el emperador Juan aparece a la misma altura que su mujer. Es además una figura triangular entre las 3 figuras. Se trata de una composición cerrada, ya que no hay lineas que vayan mas allá de la obra. Observamos que en las 4 figuras de la obra aparece la aureola siendo de diferente color la de los emperadores a la de la virgen y siendo la del niño diferente a las otras tres, dando así la imagen de importancia que este merece. Otro detalle de importancia es que tanto la virgen como el niño están en el centro, lo cual simboliza que los emperadores están a sus “órdenes” ofreciéndole además al niño parece ser una serie de ofrendas. Por otro lado, el niño aparece con la mano derecha bendiciendo y en la izquierda con las 10 leyes. Podemos apreciar también la categoría social de los protagonistas debido a sus ropajes muy lujosos y a la elegancia con la que están en la obra. Destaca además la inexpresividad en todos los rostros, la frontalidad de la imagen pero desaparece el hieratismo debido a que de alguna manera u otra todos los personajes tienen cierto movimiento.

El segundo mosaico es la emperatriz Teodora y su corte. Observamos el fondo verde, lo cual nos indica la época de este mosaico que es la primera edad de oro del arte bizantino. Observamos que por los lujos de la estancia parece el palacio de la emperatriz o algún tipo de iglesia. En esta obra se aprecia una cierta jerarquización, sobre todo en la figura de la emperatriz que aparece por encima de toda su corte. Por otro lado, la emperatriz aparece con aureola, lo cual la distingue del resto de la corte. Aparece además la división entre la corte masculina y la femenina, situados a izquierda y derecha respectivamente. Otra característica es la frontalidad y la inexpresividad de los rostros, además de los pies en forma de “v”. Observamos a un cortesano abriendo las cortinas hacia otra estancia, lo cual simboliza la entrada a la capilla o al interior de la iglesia.  En este caso, simboliza la entrada a la basílica de Santa Sofía ya que, los emperadores debían dar una ofrenda cada vez que se inauguraba un nuevo edificio de carácter religioso. La fuente que aparece es como símbolo de cristo como fuente de vida. Por otro lado, en la túnica de la emperatriz aparecen los tres reyes magos que le van a dar ofrendas a cristo. La propia emperatriz lleva a jesus una ofrenda para agradecer la construcción de la basílica. Las figuras están cargadas de elegancia debido a los lujos en sus ropas y además a los lujos de la propia estancia.

jueves, 2 de febrero de 2012

Introducción a la Primera Edad de Oro Bizantina.

El arte bizantino es uno de los más bellos de la historia del arte, gracias al esplendor del imperio y por su situación estratégica entre Occidente y Oriente, recibiendo influencia de ambos. Nos vamos a centrar ahora en la primera Edad de Oro del arte bizantino. La Primera Edad de Oro bizantina se desarrolló durante los siglos V, VI y VII, teniendo su máximo esplendor en el siglo VI con el gobierno del emperador Justiniano. La Primera Edad de Oro terminó con el estallido de la revolución iconoclasta que tuvo gran trascendencia para el Imperio. Algunos de los edificios más destacados de esta etapa son Santa Sofía en Constantinopla y San Vital y San Apolinar el Nuevo, ambos en Rávena.
Hay que destacar también en esta Primera Edad de Oro la importancia de los mosaicos. Este tipo de arte era un arte áulico, es decir, un arte que pretendía plasmar la riqueza, el colorido y la luminosidad simbolizando el poder y el esplendor del Imperio bizantino durante el gobierno de Justiniano y Teodora. Se constituyó pues, un arte dedicado a la corte, en el que se captaban los grandes actos y ceremonias que llevaban a cabo los máximos dirigentes bizantinos. Para los mosaicos se utilizó la técnica paleocristiana del opus tesellatum, alcanzando brillos gracias a los colores dorados, azules, plateados etc. Se pretendía representar tanto lo religioso como lo civil, por tanto, se llegaron a representar las temáticas religiosas como temáticas cortesanas.